El valle del Mezquital es una de las regiones más pobres del país; con serios problemas como la contaminación de suelos, producto del riego con aguas residuales y una feroz migración hacia Estados Unidos.
Localizado a 150 kilómetros de la Ciudad de México, este valle hidalguense posee una sólida identidad cultural que se refleja en su música, en su lengua y por supuesto en la riqueza culinaria del grupo étnico Hñä-hñü, que ha aprovechado eficazmente sus recursos naturales.
En esta extensa y árida llanura, en donde en apariencia subsistir es prácticamente imposible, habita una enorme variedad de fauna y flora que son consumidas de manera tradicional por los habitantes.
Como desde hace 29 años, el primer sábado de abril tuvo lugar la Muestra Gastronómica del Valle del Mezquital en el Municipio de Santiago de Anaya, con un peculiar menú. Flores de garambullo y de maguey, tlacuaches en barbacoa, agua y pasteles de xoconostle, cacomixtle, ardillas, liebres, conejos, mole con víbora de cascabel, zorrillo, escamoles con nopales o a la hierbabuena y chapulín enchilado.
Localizado a 150 kilómetros de la Ciudad de México, este valle hidalguense posee una sólida identidad cultural que se refleja en su música, en su lengua y por supuesto en la riqueza culinaria del grupo étnico Hñä-hñü, que ha aprovechado eficazmente sus recursos naturales.
En esta extensa y árida llanura, en donde en apariencia subsistir es prácticamente imposible, habita una enorme variedad de fauna y flora que son consumidas de manera tradicional por los habitantes.
Como desde hace 29 años, el primer sábado de abril tuvo lugar la Muestra Gastronómica del Valle del Mezquital en el Municipio de Santiago de Anaya, con un peculiar menú. Flores de garambullo y de maguey, tlacuaches en barbacoa, agua y pasteles de xoconostle, cacomixtle, ardillas, liebres, conejos, mole con víbora de cascabel, zorrillo, escamoles con nopales o a la hierbabuena y chapulín enchilado.
“El armadillo ya no se consume, pues su caza está prohibida”, comenta José Eduardo Tapia, quien cada año instala un puesto que ofrece estos manjares, “tenemos platillos de ximbó, que es la penca del maguey y se utiliza como recubrimiento para la barbacoa de tierra, hay tlacuache horneado relleno de cebolla, morita, chile jalapeño y otras cosas”.
Por su parte Rosina Federico Trejo, originaria de la comunidad de Hermosillo en el valle de Mezquital, dice que “la flora y la fauna silvestres son lo que se vende aquí”, se preparan escamoles y víboras; se cocinan los zahues que son insectos pequeños como una araña, “lo que más se venden son platillos de zorrillo, ardilla, liebre y tlacuache, y los preparamos en chile relleno, barbacoa, horneados o así como guste uno”.
Mónica Castro, una de las encargadas de Cultura y Educación de Santiago de Anaya, cuenta que “la historia empezó hace 29 años cuando don Carmelo Ángeles organizó a las señoras y se hizo el primer concurso gastronómico, desde entonces se volvió una tradición que fue creciendo hasta ahora; todo lo que se mueve en Santiago de Anaya es comida”.
El paladar se abre a la experiencia de los gusanos de maguey, de nopal o de mezquite, se aventura a explorar el sabor del chincolote, un tipo de lagartija y se deleita con las delicias de los curados de pulque o el licor de xoconoxtle. Alrededor de mil personas concursaron este año y el primer premio fue para un platillo de tunas rellenas de escamoles.
En el valle del Mezquital es posible degustar estos ancestrales platillos, que expanden el paladar y recuperan los aromas con los que seguramente Ce Ácatl Topiltzin Quetzalcóatl, Príncipe de los Toltecas, se deleitaba hace muchos años, mientras con toda serenidad construía para la historia su concepción del universo.
Santiago de Anaya, Hidalgo/Eduardo Lizalde-Farías
1 comentario:
En el estado de Guerrero, México; también se consumen Tlacuache, Zorrillo, Tejón, Mapache, Vivora de Cascabel, Iguana, Ardilla, Comadreja, Oso Hormiguero etc.
Es decir: "Todo lo que camina, corra o vuela, va para la cazuela”.
Aunque algunos de estos animalitos están en peligro de extinción; la gente no crea conciencia y por otra parte el Gobierno Federal no crea UMAS para la preservación de la especie y el consumo.
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