30 de agosto de 2010
El COMPROMISO ESE GRAN DESCONOCIDO ACTUAL
Mientras los homosexuales festejan que ahora pueden casarse, las relaciones entre hombres y mujeres “hétero” se vuelven cada vez más complejas.
Hay dificultad hasta para conocerse. De hecho, mucha gente no logra relacionarse hasta no obtener un mínimo grado de alcohol en sangre que les asegura deshinibirse, ó deben acudir a páginas de internet dedicadas al tema.
Pero fundamentalmente la mayor dificultad está en armar y sostener una pareja.
En este último caso, pareciera ser que el problema mayor es el temor a asumir algún tipo de compromiso.
Pero en qué se basa ese temor? Creo que en primer lugar en el miedo.
Todo lo que deseamos también le tememos, pero esta reflexión parece demasiado profunda para analizar un tema que encuentra respuestas antes en cuestiones más simples y evidentes.
La realidad actual nos presenta la fantasía de que todo es endeble, momentáneo, fugáz, rápido, volátil…
Epocas de luchas por obtener más poder en todo sentido, dinero habido de cualquier forma, logros rápidos y todo fácilmente exhibible.
Tiempos de “fast food” acompañados por el “fast love”. Mismo que a muchos les cueste aceptarlo como deseable.
En este marco se vive al compromiso como una amenaza, una renuncia a la individualidad, un sacrificio, una perdida sin saber bien para qué.
Ni hablar de la terrible fantasía que una pareja estable se torne en algo gris, rutinario y aburrido…
A todo esto debiéramos siempre agregar los temores ó fobias que provienen de nuestra propia historia, de lo que hemos vivido de chicos en nuestras familias, que muchas veces –vía conflicto ó idealización- no da ganas ó imposibilita el armado de una nueva ó propia "historia”.
En las historias familiares incluyo las combinaciones parenterales traumáticas, como madres castradoras, padres ausentes ó idealizados con los que ningún hombre puede competir, ó que hacen creer a sus hijas que son princesas que luego nadie puede bajar de la pasarela imaginaria donde inconscientemente las han subido de chicas.
Cabe incluir también los traumas ocasionados por eventos accidentales como pérdidas, y hasta delictivos como abusos.
Pero lo que al menos a mi me resulta más interesante y llamativo es lo que es más común pero tal vez menos evidente, y es esa idea de que al comprometerse uno pierde. Pierde libertad, pierde entusiasmo, pierde posibilidades. O que para asumirlo debe sentir algo tan excepcional que suele no existir, y por lo tanto, los deja siempre en el mismo lugar.
De hecho, cabría preguntarse qué es lo que hace que dos fóbicos al compromiso se sientan atraídos entre sí? Tal vez la respuesta sea el reaseguro en la imposibilidad...
Pareciera que el momento actual nos da la idea de que se puede tener todo, que siempre hay algo mejor que nos está esperando en otro lugar, que se puede obtener y no tendrá los costos de lo que ahora ya tenemos.
Una serie de ideas que sin dudas de tomarlas como ciertas dan más ganas de vivir sólos, descomprometidos y supuestamente más alegres y divertidos que embarcarse en una situación que parece que pide más de lo que dá.
Sin embargo, creo que tanto los miedos como las fantasías son mayormente infundadas, y son funcionales para eludir el único amor posible y real que es el amor que se construye en actos. Algo que lleva tiempo y asumir ciertos riesgos.
Así como se han generado nuevos roles y modelos, algo también sucede con el compromiso.
Comprometerse con algo no debe ser asociado necesariamente con ningún peligro, pérdida de libertad, ni con vivir una vida gris y sacrificada.
Más aún, creo que en breve -tal como le sucedió a algunos homosexuales- los "héteros" comenzarán a vivir en problemas ante la imposibilidad de asumir compromisos ó bien, poder sostenerlos. Porque lo que suelen haber vivido muchos homo es la adrenalina, la diversión y finalmente el vacío que genera la situación contraria. En cambio, no todos los "heteros" han pasado aún por esas circunstancias, han vivido situaciones de represión ó mandato, y algunos necesitan vivirlo hasta el cansancio…
Tal vez muchos deberán vivir y agotar sus “vidas” bajo esas circunstancias, saturar sus venas de adrenalina ó de negación, curar sus heridas ó traumas pasados para entender que el amor se construye, que la idealización cega, que el compromiso y la decisión en cierto punto libera y que no jugarse es asegurarse haber perdido antes de empezar.
Que el compromiso del amor hace crecer, da vuelo, estabilidad, y por sobre todas las cosas libera y puede ser muy divertido.Como dice Caetano: “si el amor esclaviza, es también la única liberación”…
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