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19 de mayo de 2010

FORMAS DE HACER ENCABRONAR A UN MESERO



Por: Rodrigo Fraga

“Hay una mosca en mi sopa”, “¿me puedo cambiar de mesa?” Son algunas de las actitudes que harán que se desespere

"Mesero, hay una mosca en mi sopa", "mesero, ¿me puedo cambiar de mesa? "Mesero, cántele las mañanitas a mi hijo es su cumpleaños", "mesero, mesero"... Estas son algunas de las actitudes que muchas veces sacan de quicio a los meseros, pero hay más.
Te presentamos las diez cosas que harán que tu mesero termine odiándote, o hasta renunciando de su trabajo, según el sitio toptenz.net
1. Prepotencia. Llegas al restaurante con una actitud superior. No te importa si hay gente. Tú, quieres que se te atienda rápido y de buena manera; si no, comenzarás a insultar. A decir cosas como: "yo conozco al dueño", "si yo quiero, puedo hacer que te despidan". Este cliente cree que es especial, único, por eso busca a toda costa hacerle pasar un mal momento al mesero.

2. Ser muy exigente. Este tipo de cliente hará pasar al mesero los peores momentos, de todo se queja nada le parece, si la comida se tarda gruñe, si para su paladar la comida sabe mal gruñe, si encuentra una mancha en la mesa gruñe.

3. El metiche. Este tipo de cliente no es agresivo, tampoco ofende, sin embargo, le preguntará todo tipo de cosas al mesero. No le importa si es sobre su vida privada, él preguntará hasta lo último. Lo cuestionará: ¿Estás a gusto con lo que haces? ¿Terminaste la escuela? ¿Por qué trabajas aquí? Además de esto, el cliente se sentirá con la autoridad de darle consejos, y cuestionarlo por todo.

4. Olfatear y tocar los alimentos. Llegas al restaurante y pides que te lleven algunos platillos de muestra para saber que llevan; ahí, tú los tocas y los olfateas, y si no te gustan simplemente los regresas, pidiendo que no se te cobren.

5. No pedir todo a la vez. Esto es muy común. Llegas al restaurante checas la carta el mesero se acerca para anotar tu orden, terminas de dársela el mesero te pregunta algo más y tú respondes que no. Acto seguido, llamarás al mesero para decirle que se te olvidó pedir algo. Este acto se repetirá una dos, tres, cuatro, cinco veces, haciendo que el mesero pierda los estribos.

6. Cánteme, cánteme. A lo mejor estás pasado de copas, o tu hijo, abuelito, hermano mamá, papá cumple años y le pides al mesero que le cante las mañanitas. Tal vez te dejó la novia o novio y quieres que tu mesero sea tu pareja de dueto y que juntos canten todas esas canciones que te recuerdan el desamor. Tu mesero simplemente perderá la paciencia, porque tu impertinencia está haciendo que otros clientes se enojen.

7. Llegas al restaurante 5 ó 10 minutos antes de que cierren. Es lógico que a esa hora los cheff apagaron la estufa y por ende no hay ya servicio. Tú pides acaloradamente que se te atienda, porque aún no es la hora del cierre.

8. Niños caminando, los meseros pasando, con los alimentos, abriéndose paso entre todos los clientes. Ésta es una labor muy difícil, pero qué sucede cuando además de esto, varios infantes deciden usar el sitio como si fuera una guardería: el restaurante se volverá un caos y los meseros probablemente se tropezarán o terminarán de muy mal humor.

9. Personalízame mi platillo. Vas al restaurante y preguntas por un platillo, el mesero te informa cómo se sirve y a ti no te gusta lo que escuchas. Pides que te cambie una guarnición por otra o que se agreguen más cosas. El mesero te explica que no se puede. Tú, te niegas a entender y haces un berrinche.

10. Chasquidos de dedos. Eso es lo más molesto para un mesero. No es un animal, pero todo mundo tiene la costumbre de chascar los dedos seguido de la palabra "mesero, mesero, por favor mesero".


¿Te identificaste con alguna de esta acciones?
¿Conoces otra conducta que haga enojar a un mesero?


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