Bookmark and Share

31 de enero de 2011

LA EDUCACION DEL AMOR

El amor conyugal es un amor mutuo de libre elección, que evidentemente exige el compromiso de la propia libertad, por la cual alguien hace donación de sí mismo a la persona amada. y esta autodeterminación de la libertad lejos de experimentarse como una perdida, se vive como una ganancia absolutamente positiva. y es q la libertad está hecha para el amor. En todo caso la elección de la persona amada a de ser libre y esto es lo q reafirma elocuentemente el valor del cónyuge. En efecto los valores sexuales podrán ser reconocidos, pero el misterio único de la persona ha de ser reconocido en una elección amorosa, ha de ser la voluntad, en el compromiso la q haga cristalizar el amor.

Por eso el enamoramiento genuino suscita en una persona una conciencia renovada d su propia fuerza moral:"soy capaz d desear incluso con sacrificio mío el bien de mi pareja". la persona cuando se enamora de verdad se crece. 

La ternura tiende a hacer propios los estados anímicos del otro, y lleva de la mano ala compasión. Revestida de la castidad la ternura se somete a las exigencias del verdadero amor y busca sinceramente el bien de la otra persona.
Por el contrario, la sensualidad-suavizada con un poco de ternura- está orientada al cuerpo del otro
y busca ante todo la gratificación egocéntrica.


La castidad asegura a la ternura su verdadera calidad y profundidad, es ella la q facilita la verdadera integración de la sensualidad y el afecto en el impulso fuerte y generoso del amor, haciendo a este tierno y efusivo. Por lo demás novios y esposos han de tener muy presente q tanto el hombre como la mujer están necesitados de ternura en este mundo. Quizás la necesitan mas q nada. En el matrimonio concretamente la ternura es el arte de sentir a la persona entera, todo lo q es y sucede en ella, todos sus acontecimientos interiores y exteriores buscando siempre su verdadero bien.

La mujer casada espera hallar en su esposo esta ternura, la espera tamb en las relaciones sexuales- q pueden ser para ella tan brutales e insensibles- y muy especialmente en los periodos q el embarazo conlleva. El hombre necesita de la ternura de su esposa y lo necesita mucho más de lo q la demuestra, pues hay cierto pudor masculino, como temor a mostrarse débil.

En el matrimonio hace falta mucha ternura.

La ternura del amor conyugal sabe abandonarse a la espontaneidad egoísta de los estados de ánimo, siempre cambiantes y fluye constantemente renovada, de una voluntad siempre dispuesta a dar y a amar, siempre alerta, para poner el placer al servicio del amor siempre pronta a salir de si para servir el bien de la persona amada.

Los enamorados no captan q es necesario educar en el amor y se dejan llevar por los impulsos y deseos piensan q con esto el amor ya está hecho, pero eso explica los grandes daños y fracasos causados por un amor inmaduro.

El amor debe ser elaborado y reelaborado día a día.

El amor ha de ser una obra plenamente humana, digna del hombre y de su creador, digna del amante y del amado. Para ello la persona, ha de empeñar la lucidez de su mente, y la elección libre de su voluntad, ha de integrar el poderoso dinamismo de la sensualidad y de los afectos, y ha de reafirmar así día a día el prodigio siempre nuevo de la donación personal reciproca.

Más aun, han de llegar a descubrir en el amor, en esa vinculación mutua y misteriosa q se produce entre dos personas, la participación secreta del Creador invisible, que siendo El mismo puro Amor, es también la fuente originaria de todo amor.

Es posible educar en el amor y necesario integrar el amor profundamente en la opción más personal de la persona, escapando así de toda desintegración tan falsa como egoísta.

by Elizabeth Villagomez

No hay comentarios.:

Related Posts with Thumbnails