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28 de septiembre de 2010

SI ERES JEFE EVITA ESTO


Creer que sus empleados deben sentirse afortunados por tener un trabajo: Según la consultora, aquellos empleados con más talento siempre tendrán ofertas de trabajo atractivas entre las que elegir. Si le interesa que sus mejores empleados permanezcan con usted, intente que se sientan afortunados por trabajar en su empresa, no sólo por tener un puesto estable.


Dar por supuesto que los empleados son capaces de saber lo que piensa la empresa:Es conveniente comunicarse abiertamente con el equipo de colaboradores; tenerles al corriente de las realidades que afectan a su departamento o empresa, incluidas las económicas, y evitar perjudicar la relación profesional y laboral.


Ignorar los rumores: Si el jefe no transmite las novedades que puedan producirse en su entorno de trabajo al personal a su cargo, este se informará en otras fuentes que podrían ser poco fiables.


No mostrar reconocimiento hacia su equipo: Muchos directivos reconocen que podrían demostrar más apoyo y reconocimiento a sus equipos. Los elogios nunca son suficientes, siempre y cuando sean concretos, sinceros y oportunos.


Reservar los elogios para el final: Es importante expresar elogios, reconocimientos o gratitud a lo largo de todo el proceso de trabajo, con el fin de fomentar la motivación y la productividad. No esperar al final.


No apoyar a los empleados: El jefe debe defender a los miembros de su equipo, especialmente si alguna vez les ha criticado injustamente. Si da la cara por ellos, ellos la darán por él.


No tratar como debería a los mejores empleados: Aunque es importante el desarrollo de las habilidades de todos los empleados, son los de más talento los responsables del éxito de la empresa. Es necesario centrarse prioritariamente en ellos.


Reducir el gasto en formación: Mejorar las habilidades de los empleados reportará grandes beneficios a corto, medio y largo plazo a la compañía.


Pensar que es lo mismo estar ocupado que ser productivo: Es positivo recompensar a los empleados basándose en los resultados que generan en función de los objetivos de la empresa. Mida el trabajo realizado efectivamente, no las horas ‘de presencia’.


Hacer que el trabajo sea una “misión imposible”: Debe decidir qué proyectos son cruciales y delegue, si es posible, las tareas menos trascendentales.


Esperar tiempos mejores: Si tiene una idea brillante, no espere a que la economía se recupere y desaparezca la crisis para ponerla en práctica.


Sacrificar la calidad: No permita que la calidad de su servicio disminuya porque su equipo esté desbordado. Establecerá un precedente que será difícil cambiar cuando la carga de trabajo regrese a su nivel normal.


Hacer los recortes equivocados: No suprima las ventajas competitivas con las que, antes del periodo de dificultades, solía acostumbrar sus clientes.


Descuidar el servicio de atención al cliente: El servicio de atención al cliente es más importante que nunca cuando la situación económica es difícil. Si descuida a los empleados de este servicio podría perder clientes actuales y potenciales.


Cortar las alas de sus empleados: Permita que su equipo tome decisiones para que las experiencias de los clientes y los empleados sean positivas. Oriénteles sobre cómo resolver los problemas de la mejor manera posible y dígales lo que han hecho bien y lo que podrían haber hecho mejor.

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