El egoísmo siempre nos perjudica más que ayudar. Muchos de nuestros problemas nacen por nuestro ego herido; la verdadera transcendencia comienza cuando logramos dominarlo.
Dominando nuestro ego
Seguramente muchos conocemos la palabra “ego”, creemos o pretendemos creer que es un calificativo que esta muy lejos de nuestra vida cotidiana, lo creemos ver en todos, incluyendo vecinos, amigos y hasta en los mismos familiares; menos en uno mismo. Por desgracia reza un dicho poco conocido pero que lamentablemente es cierto, “bastan unos segundos, para encontrar los defectos y errores de los demás, pero podrá pasar una vida entera y no podremos encontrar nunca los propios”; sin duda que nuestro ego, nos agudiza los sentidos para descubrir los defectos en los demás y nos cubre con una gran venda los ojos cuando se trata de los nuestros.
Nadie en esta vida es perfecto, el ser humano por naturaleza debería trascender con rumbo a la perfección, mas sin embargo la mayoría de las veces nos conformamos con solamente sentirnos y creernos un poco mejor que los demás, y para el colmo todavía lo gritamos a los cuatro vientos, el ego sin duda nos hace creer que somos mejores que el vecino, algún conocido, incluso que algún familiar cercano, cuando la realidad es que los impulsos y sentimientos que nos genera el ego, nos hacen ser mucho mas peores que aquellos que tan duramente criticamos.
El simple hecho de que yo pretenda creerme superior, sin tener un fundamento más firme que mi ego, no solo me hizo perder el piso; sino que me enajena hasta el extremo de darme la supuesta “autoridad moral” suficiente para poder buscar y encontrar en quienes me rodean, todos sus vicios y defectos, incluso hasta para divulgarlos, bajo el pretexto de que yo no soy así; no podemos ser juez y parte en un asunto tan delicado, sobre todo; si debemos de partir que todos se supone somos exactamente iguales y que tenemos los mismos derechos y obligaciones, esto quiere decir que entonces yo puedo ser juzgado y criticado en la misma medida, mas sin embargo cuando me siento víctima de criticas y comentarios sarcásticos, mi ego es el primero que se siente profundamente herido, y nos sentimos víctimas de la mas grande injusticia; por lo que podríamos resumir “no hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti”. O dicho de otra manera: “trata a otros, como te gustaría te trataran a ti”.
Algo todavía peor ocurre en la vida de pareja, donde el victimario se cuelga el papel de “víctima”, de mártir y donde su ego no le permite contemplar sus propios errores, errores que aunque para todo mundo estén visibles, para la supuesta “víctima” nunca lo están; si partimos de que una relación de pareja en todo momento es la conciliación o negociación de dos intereses, impulsados por un legitimo sentimiento: “el amor”. Deberíamos de comprender que toda relación de pareja debe de ir en busca de la perfección, una perfección que tardara en llegar porque es surgida entre dos seres humanos y quecomo ya lo habíamos mencionado, nadie es perfecto. Sin embargo existen algunas personas que se rehusan a dar o a conceder el perdón, su ego es profundamente lastimado, un ego que no lleva a nada bueno, un sentimiento que solo si reflexionáramos fríamente, descubriríamos que no trae nada bueno, gran parte de los problemas de este mundo surgen por culpa del ego, si este no existiera habría mayor comprensión, mayor unión, mayor solidaridad y menos divorcios.
El divorcio o la separación de las parejas es el fiel reflejo de una o de ambas partes que no fue capaz de ignorar o controlar su ego; un ego tan fuerte que no solo le vendo los ojos, sino que termino por darle gusto al ego de las personas de su alrededor que querían ver fracasar a la pareja; porque hasta eso siempre existen personas a las que tu pareja no le agrada y terminan poniendo trabas con tal de ver a la pareja separarse, y por desgracia muchas veces son las personas mas cercanas a ti, quienes decían te apreciaban y las cuales se escudan bajo el cabal pretexto de que tu pareja no te convenía.
Y es que aunque parezca increíble en pleno siglo XXI; existen personas que creen que el perdonar es solo un símbolo o un sinónimo de debilidad, es sentirse humillado o humillada una y otra vez por los desplantes de su contra parte, que aunque termina pidiendo perdón, termina creyendo que todo lo que hace, lo hace de mala fe; no aun comprenden que todos tenemos derecho de equivocarnos alguna vez, pero que igual cuando así lo hacemos, tenemos el derecho de volver a comenzar y a intentar corregir; obviamente todo se encuentra ensaber distinguir la intención de lograr un verdadero cambio, o de igual manera apoyar a mi contra parte a lograrlo, si me percato de que le hace falta ese empujoncito. Recordemos que no existe la relación perfecta, sino que día a día se construye y vislumbra un mejor futuro, luchando a brazo partido; en una lucha que nunca se podrá vencer si no existe el apoyo y sostén de una pareja.
En el área laboral también existe el ego, muchos piensan que “el titulo universitario” los pone por encima de otros y todos deberían de reverenciarlo, mas se olvidan que aparte del sueldo y los horarios, todos somos iguales, al menos eso es lo que se presume en las leyes y hasta en la religión. Sin embargo las telarañas que tienen en la cabeza, llamadas ego hace que traten a los sub alternos con la punta del pie y sin causa justificada. La situación empeora cuando personas hasta del mismo rango empiezan con las envidias, personas que llegan no solo a la crítica y a las calumnias; sino que no se cansan en hacerle a su compañero o compañera la vida de cuadritos. Su ego se siente herido, por una persona que a juicio del agraviado, es peor que el o ella, o simplemente no merece ese trabajo o puesto.
Caso contrario, existen muchos casos de personas que han logrado muchas metas en su vida, tanto personal como laboral y ni que decir de pareja, personas que han dominado a tal grado su ego, que son grandes, que están conscientes de sus éxitos, pero que en su vida diaria viven, como si no los tuvieran, siendo atentos, humildes y con un gran corazón.
En resumen nos damos cuenta que el ego, es solo una fantasiosa creencia, que mas que ayudarnos a trascender como algunos pensarían, es una tremenda ancla que nos hunde y no nos deja observar mas allá de nuestras narices. El ego es una parte del humano que se vincula al instinto, ya que puede incluso llegar a dominar la razón, pocos son los que sobreponen la inteligencia al instinto, pocos son los que se atreven a trascender, pocos son los que logran sus metas en la vida, los que mantienen unida a la familia, los que viven como todos deberíamos de hacerlo; por desgracia por culpa del ego, algunos seguiremos siendo una simple sombra, una persona sin éxito como quieren que yo sea las persona de mí alrededor.
De ninguna manera quiere decir que el que yo no tenga ego, no deba de tener ambiciones y metas en la vida, quiere decir que si mis metas y ambiciones se basan solo en satisfacer solo a mi ego, de antemano voy condenado al rotundo fracaso.
La decisión final, ahora es la de cada quien, de una manera individual y personal; nada, ni nadie puede vivir su vida por usted, recordemos el segmento del poema de Pablo Neruda donde dice: “ahora se que yo fui el arquitecto de mi propio destino”. Recordemos que las creencias son las que no terminan limitando; el ser humano es un ser creativo por naturaleza, pero creativo de una manera positiva que nos ayude a nosotros mismos y también a los demás.
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