Este es el elemento básico del nuevo modelo al que nos enfrentamos, un nuevo cliente hiperconectado que gracias a las nuevas tecnologías puede acceder a la información dónde y cuándo quiere y que por primera vez puede socializar sus decisiones en grupo gracias a internet y las redes sociales.
Hasta ahora la industria había centrado todos sus esfuerzos en el momento presencial del cliente, dándole todo el valor a ese instante gastronómico, como elemento único de valor y de comunicación directa con el cliente.
Pero en el nuevo modelo, motivado por el impresionante crecimiento en el uso de la tecnología, ese momento se ha ampliado y se ha diversificado, comunicándonos con nuestros nuevos clientes a través de la redes sociales antes(etapa pre-presencial) y después(etapa post-presencial) de la experiencia gastronómica(etapa presencial).
En la etapa pre-presencial, el nuevo cliente puede obtener información sobre nuestro restaurante, ver fotos, vídeos, conocer platos, precios, etc., pero por encima de todo va a poder conocer un elemento esencial que está influyendo decisivamente en el mercado actual, las experiencias de otros clientes, que van a condicionar de manera decisiva su elección final, diluyendo la influencia del precio y revalorizando los valores sociales compartidos por los usuarios.
Al contrario de lo que se podría pensar, la etapa presencial, la gastronómica, la de los olores, las texturas, los sabores, etc., adquiere un mayor valor que en el modelo tradicional, ya que el restaurante debe de centrar todos sus esfuerzos en conseguir una excelencia profesional para garantizar las expectativas generadas en la etapa anterior y crear un lazo de unión auténtico y definitivo con el cliente.