Antes que nada, debes saber que sentirte solo o sola es un sentimiento normal y que todos nos sentimos así de vez en cuando. Sin embargo, pocas personas lo reconocen y menos en público. Hablando en confianza con otras personas verás que es de lo más normal. Sentimientos como la tristeza, la soledad, la sensación de aislamiento… forman parte de nuestro abanico de emociones y deberías preocuparte más si no las sientes nunca (probablemente no eres consciente de ellas o las ocultas de algún modo) que si eres consciente de ellas cuando aparecen en ti. La clave está en aceptar estos sentimientos y verles el lado positivo. ¡Te juro que lo tienen!Son momentos únicos para conectar contigo mismo/a y descubrir la profundidad de tu ser interior.
Entonces, ¿dónde está el problema? Si las sientes muy a menudo o de forma continuada por periodos de tiempo largos (más de seis meses aproximadamente) deberías plantearte buscar ayuda. Tampoco te preocupes por ello ya que acudir a un terapeuta es mucho más habitual de lo que parece.
En este post sin embargo voy a darte 6 consejos/ideas que pueden ayudar a sentirte mejor cuando te sientas solo o sola de forma puntual. En primer lugar, el sentimiento de soledad viene producido cuando nos separamos de nuestro yo interior, cuando lo dejamos de lado y estamos más pendientes del exterior que del interior. Luego es normal que nos sintamos solos ya que, en el fondo, nos hemos abandonado a nosotros mismos. La base pues es llevar a cabo acciones que nos permitan volver a conectar con nosotros mismos/as.
1- Cierra los ojos y respira
Haz previamente unos pequeños preparativos: sitúate en un espacio de tu casa en el que te sientas cómodo. Si puede ser, enciende alguna vela e incienso. Cierra los ojos poco a poco y, lentamente, con las rodillas semiflexionadas o sentado con las piernas cruzadas, toma aire lentamente por la nariz. Debes notar como entra en tu cuerpo, se expande por él y lo nutre. Puedes sacar el aire por la boca o la nariz. Hazlo poco a poco y poniendo mucha consciencia, entre tres y un máximo de diez veces (para evitar hiperventilar). Si sabes cómo hacerlo también puedes meditar, un día ya hablaremos sobre el tema.
1- Cierra los ojos y respira
Haz previamente unos pequeños preparativos: sitúate en un espacio de tu casa en el que te sientas cómodo. Si puede ser, enciende alguna vela e incienso. Cierra los ojos poco a poco y, lentamente, con las rodillas semiflexionadas o sentado con las piernas cruzadas, toma aire lentamente por la nariz. Debes notar como entra en tu cuerpo, se expande por él y lo nutre. Puedes sacar el aire por la boca o la nariz. Hazlo poco a poco y poniendo mucha consciencia, entre tres y un máximo de diez veces (para evitar hiperventilar). Si sabes cómo hacerlo también puedes meditar, un día ya hablaremos sobre el tema.
2- Trátate como un niño/a
Supongo que habitualmente hablas contigo mismo interiormente. Cómo si dentro de ti hubiera otra persona. Pues bien, en este caso esta persona será tu niño interior. Si no, es un buen momento para empezar a practicar. Serás el encargado de hacer que se sienta bien, que esté contento, que pueda expresarse libremente y sin reproches de ningún tipo, haz que se ría, serás el encargado de cumplir todos sus deseos. Primero salúdale. Si no te contesta pregúntale que le pasa, que problema tiene, porqué está triste, que le apetece para cenar, si quiere jugar… Debes tratarlo con la máxima dulzura y comprensión. Si te cuesta, ten paciencia, es un niño. Te sorprenderá lo que te pueda decir.
Supongo que habitualmente hablas contigo mismo interiormente. Cómo si dentro de ti hubiera otra persona. Pues bien, en este caso esta persona será tu niño interior. Si no, es un buen momento para empezar a practicar. Serás el encargado de hacer que se sienta bien, que esté contento, que pueda expresarse libremente y sin reproches de ningún tipo, haz que se ría, serás el encargado de cumplir todos sus deseos. Primero salúdale. Si no te contesta pregúntale que le pasa, que problema tiene, porqué está triste, que le apetece para cenar, si quiere jugar… Debes tratarlo con la máxima dulzura y comprensión. Si te cuesta, ten paciencia, es un niño. Te sorprenderá lo que te pueda decir.
3- Cocina
Busca el placer en la elaboración. Tómate tu tiempo. Haz una receta especial (pero de dificultad asequible para tu nivel) para la persona más especial, o sea, tú. Pon música tranquila, sírvete una copa de vino, prepara los ingredientes tranquilamente, disfrutando de cada corte que hagas, con delicadeza, dando gracias por poderte dedicar ese tiempo. Un consejo, no hagas dos cosas al mismo tiempo, es decir, se trata de disfrutar preparando la comida, aunque te lleve dos horas,debes estar siempre relajado, pero atento a lo que haces en todo momento.
Busca el placer en la elaboración. Tómate tu tiempo. Haz una receta especial (pero de dificultad asequible para tu nivel) para la persona más especial, o sea, tú. Pon música tranquila, sírvete una copa de vino, prepara los ingredientes tranquilamente, disfrutando de cada corte que hagas, con delicadeza, dando gracias por poderte dedicar ese tiempo. Un consejo, no hagas dos cosas al mismo tiempo, es decir, se trata de disfrutar preparando la comida, aunque te lleve dos horas,debes estar siempre relajado, pero atento a lo que haces en todo momento.